Es un hecho: lo visual es lo que primero llama nuestra atención y despierta nuestro interés. Más aún cuando hablamos de una marca, de su identidad y recepción en el público, el diseño será una herramienta fundamental.
Y, más que un elemento, será la base sobre la cual se debe fundamentar toda nuestra campaña empresarial.
El diseño comunica más de lo que creemos. Con solo una imagen, puede hablarnos de los valores de una empresa, de su sector, de su estilo, de su personalidad y de su trayectoria. En tan solo unos segundos, provocará una impresión específica en una persona, la cual automáticamente tendrá una opinión sobre nosotros.
De esta manera, existen algunas reglas que es preferible no romper. Veamos a continuación 10 lineamientos claves para regular tu diseño.
1. Tener en claro nuestro branding
El branding de una marca constituye toda su identidad visual: qué colores predominan, qué tipografías, qué ilustraciones. Esta propuesta será indispensable para entender cómo somos visualmente y poder reflejarnos en todas las piezas de comunicación que llevemos a cabo.
2. Tener en claro nuestra personalidad de marca
Lo mismo sucede con nuestra personalidad de marca, nuestra voz, nuestra manera de comunicarnos. Se sugiere siempre determinar estos aspectos en un manifiesto de marca, para tener en claro cómo hablamos y nos mostramos ante el público.
Nuestro diseño deberá siempre mantenerse fiel a estas bases.
3. Mantener la constancia
Cuando tenemos internalizado nuestro branding y nuestra voz, habremos de reflejar estos aspectos en todas nuestras plataformas, pero siempre asegurándonos de ser constantes.
Por ejemplo, estaría muy mal que utilizáramos ciertos colores en la web, otros colores en las redes y otros en nuestras piezas de publicidad.
Al contrario, debemos buscar que nuestra identidad visual sea pareja y constante en todos los rincones y acciones de nuestra marca, para consolidar nuestra imagen y presencia digital.
4. Determinar colores y fuentes
Se recomienda establecer solo tres colores y tres tipografías principales, las cuales podemos ir variando según cada día y promoción específica, pero limitándonos siempre a las mismas.
Se trata justamente de mantener la constancia, pero además de potenciar nuestro branding haciendo que la audiencia reconozca fácilmente estos elementos como nuestros.
5. Atender la legibilidad
Cuando debemos agregar texto, debemos incluirlo como una pieza más del diseño. Es decir, ajustarlo para que se lea y quede bien en el diseño total.
Si nuestro texto es muy largo, por ejemplo, habrá que incluirlo en un espacio donde quepa o buscar separarlo. En definitiva, cuando se trata de diseño debemos pensar en el párrafo de texto como si fuera una imagen, para que quede estéticamente integrado.
6. ¡Chequear las proporciones!
Esta regla es fundamental, y hay dos cuestiones al respecto: como dijimos, el texto debe ser parte del diseño, pero texto-diseño-imagen deben trabajar en conjunto y exponerse de la misma manera. Sería raro que hubiese una imagen pequeña junto a un texto muy grande o viceversa.
Habrá que siempre mantener una proporción adecuada y alineada, agradable a la vista, y que lo que se expone sea coherente con lo que queremos comunicar.
Como fundamental, el texto siempre estará subordinado a la imagen, ya que, como dijimos, la imagen es lo primero que notamos. Esta es la jerarquía visual básica.
7. Menos es más
Al respecto del texto y las palabras que incluyamos en nuestros diseños, debemos estar seguros de que cada palabra suma y no resta. De que cada palabra cumple una función determinada.
Así como la imagen es lo que despierta nuestro interés y atención, el texto es el elemento que finaliza el proceso de comunicación de nuestra pieza, por lo que debe ser legible, estar bien escrito, no tener errores ortográficos y aportar valor a quien lo lee.
De esta manera, no habrá que agregar texto, líneas o colores porque sí, sino que hay que pensar qué queremos comunicar y cuál es la forma más sencilla y creativa de hacerlo.
8. ¡Cuidado con las imágenes!
Cuando trabajemos con imágenes, hay que asegurarse de que estas estén en buena calidad, no pixeladas o borrosas. Cuidado al agrandarlas o achicarlas.
Por otro lado, nuestras imágenes deberán siempre ser propias, originales, ya que hay muchas sanciones en la web al respecto del copyright de fotos.
9. Buscar la estética visual
Como punto de partida, nuestro diseño debe ser estético, lindo y agradable a la vista. Para ello, se recomienda no llenarlo de mucha información, sino aprender a utilizar los espacios en blanco a nuestro favor.
10. Tener presentes los objetivos empresariales
Y, por último, siempre habremos de diseñar piezas de comunicación a partir de nuestra identidad visual de marca, pero también a partir de objetivos específicos, tanto sean a corto o largo plazo, o tanto sean para llevar a cabo campañas concretas.
Cada pieza de diseño es una pieza empresarial con mucha relevancia, por lo que debemos prestarle la debida atención. Piensa en tus piezas como en tus tarjetas de presentación. Quieres que ellas comuniquen bien quién eres, ¿verdad?