La identidad visual de una marca es uno de los conceptos globales que está estrechamente relacionado con las estrategias comunicacionales de una empresa.
Se trata de un amplio espectro que contempla diversos aspectos de la empresa y su forma de presentarlos hacia el exterior. La identidad visual de una marca, imagen de marca o identidad corporativa no son la misma cosa, pero conforman de manera integral al branding de una empresa. Para crear un proyecto exitoso, es necesario contemplar todos estos aspectos.
Aprendamos un poco más sobre ellos
En primer lugar, la imagen o identidad visual de una marca es la sensación que despierta en sus clientes y tiene que ver con la percepción que el público tiene de una empresa. Esta impresión se obtiene de la suma entre los aspectos visuales y la identidad corporativa, que conforman a su vez la identidad de marca.
La identidad corporativa, por su parte, es la manifestación física de una marca y contempla el conjunto de elementos gráficos que ayudan a la diferenciación. En general se compone por el logotipo, la tipografía, la paleta cromática elegida y demás aspectos visuales o relacionados con la expresión gráfica del proyecto. En la misma línea, la identidad visual de una marca es el conjunto de elementos que le dan solidez a la propuesta de valor y construyen la personalidad de la empresa. Aquí se trabaja sobre aspectos como el estilo fotográfico, packaging, acciones y sistema de firma.
En conjunto, estos aspectos representan todo aquello que hace que se distinga una marca con respecto a otras. Con todos estos elementos bien desarrollados, se conforma la identidad visual de una marca que, a su vez, debe reflejar a la perfección la misión y los valores de una empresa.
Con estas definiciones, lo que se pretende aclarar es que la identidad visual de una marca es mucho más que el diseño gráfico y los colores. También contempla la voz, los valores y el mundo de ideas que rodean a la empresa. Así definido, construir la identidad visual de una marca puede ser una misión reveladora. Y siempre se trata de una tarea que lleva trabajo, investigación, que resulta mejor cuando se realiza de la mano de un equipo interdisciplinario y experto. De hecho, se trata de un trabajo casi invisible, pero integral que luego se vuelca a todos los elementos gráficos de la empresa.
4 estrategias para conseguir una buena identidad visual de una marca
Existen algunas estrategias para comenzar a trabajar en una buena identidad visual de una marca, sin ser un profesional del área. Es que, la construcción de una marca tiene que ver también con las proyecciones y objetivos que la empresa tenga. Y, sobre todo, se trata de un camino de autoconocimiento para poder definir estratégicamente qué es lo que se desea transmitir para potenciar las ventas y posicionar la compañía en el mercado.
1. Definir la personalidad de la marca
Para comunicar algo hay que saber qué es lo que se quiere transmitir. En este punto es necesario escribir la historia de la empresa, cómo nació, hacia dónde quiere llegar, a quién le quiere hablar y desde qué lugar. La historia de la marca es el origen de todo para poder crear una voz auténtica que interpele directamente a la audiencia.
Siempre es bueno pensar en la marca como si fuera una persona y construir su personalidad en torno a valores, ideas, emociones y formas de actuar. En este punto, se debe agregar atributos a tus productos y servicios, con elementos que transmitan esta “forma de ser”. Aquí es ideal conocer las fortalezas y debilidades de la empresa, y sobre todo, conocer a la audiencia a la que se va a presentar el proyecto.
Para crear la identidad visual de una marca es necesario que todos los aspectos que engloban a la empresa estén en sintonía y sean coherentes.
2. Diseñar los diferentes atributos de la marca
En este punto es necesario explotar la creatividad y pensar en cuestiones visuales, pero de una manera más abstracta. Una vez definida la personalidad, será más fácil asociarla con colores, sabores y sensaciones que la identifiquen. En este punto, definir el tono de voz y el aspecto visual son los aspectos más importantes. Cada uno de estos atributos que elijas para la marca ayudarán a que la audiencia la reconozca y distinga en el mercado.
La paleta de colores de una marca tiene una impresión duradera en los consumidores y, de hecho, cada color puede detonar distintas emociones. Para este tipo de trabajo es ideal elegir una paleta estudiada, que se relacione psicológicamente con el rubro al que pertenece la empresa y que tenga en cuenta la percepción subliminal de las tonalidades.
Elegir una fuente auténtica es fundamental en el diseño de la identidad visual de una marca. Al igual que los colores, la tipografía también despierta sensaciones. Todas estas decisiones influirán también en el diseño del logo.

3. Crear una guía de estilo para la marca
Luego de diseñar y definir los valores de la marca, es necesario dejar asentadas estas decisiones y sus fundamentos en un pequeño manual de estilo que defina los lineamientos generales de las estrategias comunicacionales que utilizará tu empresa.
Una guía de estilo busca establecer los diferentes elementos de una marca y describir cómo usar cada uno de ellos. Esta herramienta sirve para homogeneizar el contenido y mantener mensajes sólidos y coherentes. Además, puede ser de gran utilidad en el caso de querer hacer ajustes en la comunicación, renovar la identidad visual de una marca o simplemente comenzar a gestionar la imagen de la empresa de otra forma.
Los manuales de estilo son los mejores amigos de la adaptabilidad, frescura y actualización, ya que ayudan a hacer ajustes cuando el mercado cambia las reglas del juego. O simplemente cuando se necesita una actualización. Una guía de estilo asegura que la esencia de una marca se mantenga intacta.
4. Construir la presencia de la marca
En este punto se tienen en cuenta diferentes herramientas del marketing digital que darán visibilidad a todo el trabajo previo. Para ello es necesario utilizar recursos que son esenciales para difundir la identidad visual de tu marca y construir la audiencia. La presencia se puede lograr a través de una página de internet, las redes sociales, el packaging o empaque y más elementos. Cada una de estas decisiones y acciones deben llevarse a cabo de una manera integral, obedeciendo a los lineamientos generales definidos en el manual de estilo. Y, sobre todo, deben diseñarse estrategias comunicacionales que tengan en cuenta a la audiencia y a la personalidad de la marca.
Los 5 elementos de la identidad visual de una marca
Siguiendo las estrategias anteriores, es posible contar con un esquema de planificación que permita construir los 5 elementos básicos de la identidad visual de una marca de manera exitosa:
1. Logo auténtico
Siempre es recomendable apostar por la simplicidad, teniendo en cuenta la versatilidad de canales en los que el logo pueda ser usado. Además, es clave cuidar la proporción y la simetría, para crear una imagen armónica. También es necesario optar por diseños atemporales que no respondan a una moda efímera. La identidad visual de una marca debe ser versátil y fresca. Por eso, lo ideal es crear un logo único y fácil de identificar.
2. Tipografía clara, pero distintiva
Elige tipografías auténticas, pero en este punto es necesario poner como prioridad la buena comprensión más que el estilo del diseño. En este punto, es mejor evitar las fuentes tipo ‘handmade’ o ‘cursiva’, a menos que sean transparentes y se lean con facilidad.
3. Paleta de colores que identifique a la marca por completo
La psicología del color es uno de los factores clave en el diseño de logos y en toda la identidad visual de una marca. Por este motivo es necesario saber qué desea transmitir la empresa y cuáles son las tonalidades que evocan estas sensaciones o valores. Siempre es mejor pedir la opinión de expertos en diseño y realizar investigaciones en torno a los colores más (y menos) utilizados en el segmento al que la empresa pertenezca.
4. Extensiones visuales que sirvan de apoyo para diferentes acciones
Para lograr una buena identidad visual de una marca es necesario contemplar elementos gráficos complementarios. En este punto es ideal definir fondos, patrones, texturas, ilustraciones, que acompañen las gráficas del logo. Esto puede ser de gran ayuda para adaptar los mensajes a diferentes canales o situaciones sin dejar de ser coherentes.
5. Estilo de tratamiento fotográfico y/o de ilustración
El estilo del banco de imágenes utilizado debe ser congruente con el resto del estilo de la marca. Para una empresa no es conveniente usar imágenes con connotaciones negativas. Además, se debe sostener un estilo de fotografía definido para construir una identidad visual de una marca sólida y consistente. En este punto es clave decidir qué tipo de fotografías o ilustraciones se utilizarán: ¿Más formal o informales? ¿Positivas y emocionales? ¿Con personas jóvenes, familias o adultos?, etc.
Con estos elementos desarrollados, es posible obtener una buena identidad visual de una marca para hacer que la empresa alce su voz y se haga escuchar en el mercado. ¡A triunfar!
