Seguramente hayas notado (más de una vez) que, al ingresar en un sitio web, siempre aparece un cartelito que te informa que aquel sitio utiliza “cookies de terceros”, y seguramente tú le das aceptar sin pensarlo demasiado.
¿Pero estás al tanto de en qué consisten estas cookies?
Se trata de un sistema que recopila datos de usuarios que visitan un sitio, al respecto de su comportamiento en el navegador, de sus preferencias y de sus tiempos de uso, entre otras cosas.
¿Y para qué? Pues simplemente para poder conocer a ese usuario que visita el sitio y poder así optimizarlo para la mejor experiencia, con el objetivo de que sea más probable que vuelva a visitarlo o que realice allí una acción específica.
¡Pero esta es la noticia! Después de años, parece que las cookies habrían de desaparecer en el 2022. Esto ha notificado Google recientemente. Mariana Melbardis, socia de PwC Argentina del área de Consultoría, lo explica así:
“La información obtenida a partir de las cookies suele recopilarse sin el consentimiento explícito de los consumidores, lo cual plantea inquietudes de privacidad y ha llevado a las empresas a buscar mejores maneras de recopilar y compartir información del consumidor con la mirada puesta en un mayor respeto a la privacidad. Google no es la primera empresa en abordar estos temas de privacidad, navegadores, como Safari de Apple y Firefox de Mozilla, ya bloquean las cookies de terceros de manera predeterminada. Tanto el sistema operativo como las aplicaciones de Apple que se adquieren a través de App Store tienen normas que limitan la recopilación y distribución de datos sin el consentimiento explícito de los usuarios”.
¿Qué cambiará?
Podemos delinear dos cambios principales, fundamentalmente relacionados con empresas que ya no podrán basarse en la información recopilada por las cookies, sino que deberán salir ellas mismas a recopilar los datos que requieren de sus usuarios.
1. Concesión de datos voluntarios.
En definitiva, las empresas y marcas, a través de sus departamentos de marketing, deberán buscar la forma de que los usuarios brinden su información consciente y voluntariamente. Es decir, de manera directa, tal vez a través de un formulario o de programas de fidelización.
Mediante ofertas, páginas de venta, leads y otras estrategias, es posible que un visitante nos brinde su mail o fecha de nacimiento, por ejemplo; lo cual podremos utilizar posteriormente para enviar novedades sobre nuestro negocio.
A grandes rasgos, las marcas deberán reinventarse e implementar nuevas vías de recopilación de datos. Para lograrlo, el mejor camino será establecer y proponer una conexión más cercana y personal con aquellos usuarios que son clientes potenciales, haciéndoles saber que están solicitando sus datos.
“En la actualidad, algunas empresas dependen por completo de las cookies de terceros para entender a sus clientes o consumidores y concretar ventas. Aquellas que no se adapten, quedarán rezagadas y muchas no sobrevivirán. El desenlace es un nuevo entorno competitivo de nuevos canales digitales que se pueden usar para llegar a los clientes”, finaliza Mariana Melbardis.
2. Economía digital.
Sin ir más lejos, comenzará una nueva economía digital. Una “carrera” empresarial en las plataformas digitales, para reemplazar el trabajo que realizaban las cookies. ¿Se crearán nuevos canales para la compra venta de productos y servicios? ¿Nuevos programas para la recopilación de datos? Es posible, ya que cada marca deberá encontrar la mejor manera para hacerlo, dentro de su alcance y posibilidades.
No podemos estar seguros aún de qué estrategias llegarán a introducir las empresas, pero sin duda alguna, un cambio en la manera de comercializar por internet se vendrá el año que viene.